Ahora que me dejan un rato tranquilo intentaré sacar un par de minutos para escribir. Ha llegado el buen tiempo y las salidas y entradas de mis “jefes” son cada vez más numerosas. La distancia recorrida por ellos es muy corta porque los trayectos nunca superan los quince minutos. Y de vuelta a casa, y de vuelta a la calle…y así hasta cinco o seis veces todas las mañanas y tardes de lunes a jueves. ¡Viva la rutina! ¡Como mola no trabajar! Cuando me jubile prometo hacer lo mismo, pero antes debo de buscarme “muletillas”, o una frase que me identifique, del tipo: “Vete, que se te enfría el cocido”, “El que no tiene cabeza…”, “¿Cómo está el tiempo hoy?”, “¿A que hora sacas la basura?”, “A las buenas tardes”, y tantas otras con las que soy obsequiado a diario. Ahora entiendo el tembleque que se apodera de mi párpado cuando se acerca el final de la semana… Si es que la paciencia es un bien tan escaso…
PD: De foto, la que he visto en varios periódicos hoy, y la pongo para que si alguien no la ha visto, no se la pierda. Es de una casa donde vendían drogas con tapadera de kiosco. Atento a esos carteles anunciando lo que se vende. No hay palabras…
1 Comentarios:
¡Caramba!, que intransigente te has vuelto con los de mi gremio. ¿No te ha dado por pensar que acaso unas veces tengan que salir de marcha por que les digan que están molestando en las tareas caseras, o tal vez estén ocupados en el aprovisionamiento de la despensa?. Otra hipótesis de trabajo, como suelen decir los intelectuales, puede ser que ese ir y venir sirva para recargar sus pilas ya desgastadas, que sean como una terapia. Al mismo tiempo dan cancha al portero para que pueda emplear el tiempo que le sobra en su trabajo. ¡Criticón!, ¡portera!. Ten presente los comentarios que ahora haces, así, cuando llegues a nuestra edad, no caerás en la misma rutina. La "afoto", muy curiosa.
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