Maniático es el que tiene manías. A veces me sorprendo lo terriblemente maniático que puedo ser. No es grave pero resulta increíble que pueda afectar hasta un desayuno. El problema es que es ese el mejor momento de la mayoría de días laborables. La pequeña escapada a la tasca de Octavio es lo que me da fuerza para poder aguantar otro día más. Ese café cargado, largo de café, con la leche caliente, y coronado con una nube de espuma, acompañado con una calentita barrita tostada con tomate debería ser Patrimonio Nacional, debería tener, no tres, sino cinco (como la Mahou) estrellas Michelín. Es aquí donde entra mi “manía”. El desayuno se realiza siempre en la misma horquilla de tiempo, sobre las nueve de la mañana. Me siento en la misma banqueta, en la misma mesita y con uno de los dos periódicos que estén libres en ese momento, ya sea el deportivo o el “serio”. ¡Y ay del que rompa el ritual! ¡Ese quedará marcado con la cruz de mi desprecio! Sí, exagero, pero me jode la mañana. Hoy estoy revuelto. Esta mañana el bar estaba llenito. He tenido que tomarme el desayuno en la barra. Los periódicos estaban “pillados” (somos muchos los gorrones que queremos leer gratis los diario…) y el café no lo ha preparado con su mimo habitual Octavio, sino que le ha tocado a su lugarteniente, José, que prepara excelentes tortillas pero yo le mantendría alejado más de la máquina del café si no quieren que se le vayan los clientes. Los de mi derecha no paraban de vocear y los de la izquierda de fumar tabaco negro…Quien me conoce sabe que el “maniático” Juan, ha salido con el ceño fruncido y me temo que hasta mañana, hasta que el ritual no se cumpla en su plenitud, mi mala leche no querrá alejarse de mí. ¿Tendré que buscar otros bares de la zona? Aunque ese cafelito largo de café, con la leche caliente…
PD Mañana día especial. No faltar a la cita con el blog…
PD2: De vuelta al antiguo modelo de blog debido al inusitado "éxito" del anterior. Está visto que somos cerrados de miras...No descarto nuevos cambios. Al loro las diseñadoras...
