Aunque el verano está siendo relativamente tranquilo hoy el día nos ha dado una alegría. Como veis en las fotos de mi paseo matutino, el cielo presagiaba lo que al final ha sucedido. La tormentilla veraniega (más tropical que veraniega, será por el cambio climático) ha descargado unos minutos de esperada agua. Esperada para enfriar los calores de la ciudad (yo todavía duermo con el nórdico, y amanezco arropadito...ventajas de vivir el mi cueva) y para asentar las nubes de polvo no africanos sino madrileños procedentes de las obras que nos entretienen tanto a los capitalinos. Se agradece más cuando me parece que se me olvidado el último mes que vi llover aquí. Y mejor ahora que ya que me gustó el día de piscina este fin de semana quiero repetir. Ya ahora no tenemos que enseñar nuestros fofos, redondos y blanquecinos cuerpos. Ahora enseñaremos nuestros fofos, redondos y coloradotes cuerpos...¡Ahí queda eso!
PD: Estoy reformando el blog del abuelo. Ya os diré cuando termine. Y sí, Manuel, habrá encuestas...
1 Comentarios:
Espero que el baño piscinero, con tu cambio de color corporal y la tormenta caida, haya servido para espantar, al menos por unos dias, los fantasmas de tus agobios y protestas, reflejadas en tus continuas críticas a todo lo que se mueve, y que ese estado mental germine y se desarrolle para dar buenos frutos en fechas posteriores.
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