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Hoy es mi cumpleaños. Hoy cumplo cuarenta y un años. Todos en fila. Y para todos aquellos que piensan que ya será hora para sentar cabeza, madurar y convertirse por fin en un adulto, les digo que no. Que todavía no quiero “crecer”. Que me siento muy bien siendo un chaval, que el “estrés” de los chiquillos como yo es más llevadero que los de adulto. Que me lo pasaré mejor haciendo tontadas, y seguramente que se lo haré pasar mejor a otros. ¡Que me niego, coño! Por eso desde aquí reivindico el síndrome de Peter Pan (niño que no quiere crecer) como crónico. Y añado además el síndrome del Capitán Garfio (por las uñas de los pies). Queda dicho esto y aprovecho la ocasión para pedir regalos de cumpleaños (¿el maletín de Pocoyó nadie me lo compra? jeje) que a los niños no se les puede dejar sin regalos… ( y no quiero excusas sobre relojes “Justina” y esas cosas...)
PD: Es broma lo del reloj.
PD 2: La foto, no se de quien será pero esta graciosa…