Vurro...


Volvía hace unos días en el metro por la tarde cuando me fijé en un chico que entraba en el vagón en no se cual estación. Yo iba de pie y el se sentó a mi lado. Como casi siempre, me entretenía escuchando música en mi mp3 y me fije que el jovenzuelo (no creo que tuviera más de veinticuatro años) portaba un cuaderno de anillas de los de toda la vida. Lo abrió y deduje que seguramente venía de dar clases, pues eran apuntes y de inglés, por más señas. Al lado de las palabras inglesas (correctamente escritas, todo sea dicho) se encontraban las consiguientes definiciones españolas. Aunque esto último es un decir. Más que nada porque pasando la vista por las frases escritas algo llamó la atención. Era la palabra “advervio”. Se le habrá pasado, supongo. Esta es una de las palabras “malditas” en mi época escolar debido a la inclusión de dos “bes o uves”. Lo malo fue que al pasar página, y en una cuidada caligrafía (manda huevos…) se encontraba el verbo inglés “to drink”, que cualquiera con un poco de conocimiento del idioma anglosajón sabe lo que es. Para el individuo significaba “vever”. Si, es difícil de creer, que un chavalote de cerca de veintitantos estudiando “english” no sepa que beber se escribe con dos “bes”, de burro, de borrico, de borrachín, de patán…bueno, esta es con pe pero tenía que soltarla. Reconozco que el que más o el que menos comete alguna falta de ortografía, yo mismo fallo de vez en cuando, pero dos de ese tamaño y tan cerca una de otra da que pensar. Pensar que los móviles, los chats y foros de Internet ha creado una panda de pateadores profesionales del “santo” diccionario de la Real Academia de la Lengua. Hemos creado unos analfabetos integrales, lo admitimos y lo peor de todo es que en un futuro, nos costará una barbaridad (esta, las dos con be) entender que coños se está escribiendo. Menos mal que todavía nos queda el corrector ortográfico de herramientas cono el Office y algunos móviles. Solo por escribir este texto con una de esas herramientas con ortografía funcionando me hace ver el documento plagado de avisos “coloraos” y de sugerencias a los palabros antes descritos. Creo que hasta el famoso “clip” de ayuda del Office me avisa que no guardará el documento si no aplico cambios… ¡Si es que es más difícil escribir mal que bien, leches!

2 Comentarios:

Lalo Alcala 4 de diciembre de 2008, 15:39  

Habia iniciado mi comentario, antes de contactar contigo. Después de todas las peripecias acaecidas, no me quedó nada de lo escrito. Comienzo de nuevo. Observo, a través de tu entrada, que eres un cotilla, vicio al que se es muy dado cuando se va en metro o autobús; no en vano en más de una ocasión nos hemos entretenido ojeando, de ojos, las noticias que publicaba la prensa en el periódico del vecino, aunque para lograrlo hubiera o hubiese que estirar el pescuezo cual jirafa que levanta la cabeza para alcanzar las ramas del árbol en su punto más elevado. En relación con tu exposición, sabemos que esa falta de conocimiento del idioma que se dice hablamos, es muy extendida actualmente. Solamente con leer los comentarios escritos sobre cualquier noticia publicada en la prensa digital, ya nos podemos hacer una idea de los conocimientos ortográficos de los intervinientes, yo diria que no han dado ni una clase en esa materia, o que por esnobismo resulta más atractivo hacer lo contrario de lo que las reglas recomiendan, tal vez piensen que esas reglas proceden del franquismo.

María José 2 de enero de 2009, 13:07  

Llevas más razón que un santo.

A mi, un día de estos, me empezarán a sangrar los ojos de ver tantisimas faltas (y tan graves).

Saludos

Protectora de Cáceres

Protectora de Cáceres
Visita la web

Imágenes

La hora

About this blog

Este es el lugar donde expresaré lo que me venga en gana. Sin reglas. Aquí no busquéis grandes pensamientos ni excelencias en el arte de la escritura. Aquí el único "Arte de Juan" es el que permita que este pequeño espacio sobreviva como una parte de mis vivencias, mis rutinas, mis disgustos... y que los lectores habituales o esporádicos de este blog piensen que quizá merezca la pena volver otra vez por aquí.
A disfrutar...