No quiero hablar...

Todavía hay gente que me llama cabroncete y dice que tengo mala leche en algunos momentos. Y eso es mentira. Reivindico desde aquí lo mejor persona que el paso de los años me ha convertido. Y lo digo porque después del partido del sábado (que no nombraré…) podía haber generado un montón de cizaña para repartir entre conocidos seguidores del equipo perdedor. Me da lo mismo que la victoria de los “míos” fuera demasiado corta, la diferencia total es abismal en estos momentos. Lo siento pero no podemos comparar un jamón ibérico de bellota con unas lonchas de choped con aceitunas. Pero aquí estoy yo, sin decir nada, sin llamadas a deshora como yo mismo he recibido, sin mensajes hirientes en el móvil, sin risitas irónicas… Y lo hago porque se que el momento de humillación al que están expuesto es tal, que hasta la más pequeña chanza sobre esos “mataos” de blanco (¿he dicho blanco? Lo siento, no quería dar pistas…) puede doler más que un gol de Luís Enrique…(nos entendemos, ¿no?)
Ánimo, os queda un montón de partidos y hasta la próxima humillación azulgrana (¿dije azulgrana? Lo siento otra vez…) no será hasta dentro de unos meses. Y cuidadín, que todavía os veo jugando la Intertoto…

PD: Aunque tengaís un par de argentinos, deberían declararos "non gratos" por la paliza que le dieron a nuestro pequeñín. ¡Que envidia le teneís...!

2 Comentarios:

Lalo Alcala 15 de diciembre de 2008, 15:28  

Es lógico que tras dos años de sequia, ahora que la cosa va viento en popa,os sintais como pavos reales. Recuerda que la venganza se sirve en frio. Todavia queda bastante camino por recorrer y es imprevisible la forma en que los acontecimientos puedan desarrollarse. Como el saber popular dice, hasta el rabo todo es toro. Uy!, espero no molestar a quien la referencia al astado animal pone de mala leche, pienso que el bicho entra por una puerta y desde el hocico a la cola todo forma parte de su figura. Tras esta divagación, continúo con el tema que nos trae a la palestra. Dejemos de oir campanas, timbales y música celestial y hagámonos a la idea de estar en un instante de gloria que puede durar lo que un sueño. Amargo despertar si comprobamos que aquello que nos ha hecho pasar unos segundos de gozo ha quedado reducido a una simple e inútil quimera (punto 2 padre diccionario de la madre RAE). Templemos nuestros ánimos y esperemos pasar el tiempo, cuando llegue el final podrá sacarse a relucir toda la trompeteria, si es que los hechos nos son favorables. Si nos fueran adversos, diriamos como en el juego de la loteria: la próxima habrá más suerte, y que haya salud.

Lalo Alcala 15 de diciembre de 2008, 15:32  

Como no me admite que corrija un lapsus, lo hago en una PD. Donde pone hagámonos, debe decir: hagámosnos.

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Este es el lugar donde expresaré lo que me venga en gana. Sin reglas. Aquí no busquéis grandes pensamientos ni excelencias en el arte de la escritura. Aquí el único "Arte de Juan" es el que permita que este pequeño espacio sobreviva como una parte de mis vivencias, mis rutinas, mis disgustos... y que los lectores habituales o esporádicos de este blog piensen que quizá merezca la pena volver otra vez por aquí.
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