¡Estupendo, mañana me voy de puente! Salimos de Madrid para cargar un poco las baterías que ya están al límite. Hace ya un año desde que comencé mis vacaciones anteriores y mi mente, más que mi cuerpo, pide un mes (me gustaría más, peo no me dejan…) de desconexión. La saturación llega a extremos que sueño con xampas y fregonas y con reuniones de vecinos…que horror…
Y dirán, ¿a la playa, para primer remojón de verano? Pues no, a Cáceres a disfrutar de treinta y muchos grados centígrados. Donde salir a la calle en “hora punta” significa oler a bacon, a cochino quemado, donde los cigarros se encienden solos y donde la chicharra solo canta por las noches. Y lo peor de todo es que vamos a la casa que está a punto de recibir el premio “Mister Scrugge” del Ministerio de Industria, por ahorrar tanta energía. La casa a diecisiete grados en invierno y veintiséis en verano. Como echaremos de menos nuestra fresca “covacha”, jeje…
Por cierto, como no tengo tiempo, como siempre, de hacer dibujito, la foto de hoy es de un puente…ya se que no pega…pero es lo que hay.
Y dirán, ¿a la playa, para primer remojón de verano? Pues no, a Cáceres a disfrutar de treinta y muchos grados centígrados. Donde salir a la calle en “hora punta” significa oler a bacon, a cochino quemado, donde los cigarros se encienden solos y donde la chicharra solo canta por las noches. Y lo peor de todo es que vamos a la casa que está a punto de recibir el premio “Mister Scrugge” del Ministerio de Industria, por ahorrar tanta energía. La casa a diecisiete grados en invierno y veintiséis en verano. Como echaremos de menos nuestra fresca “covacha”, jeje…
Por cierto, como no tengo tiempo, como siempre, de hacer dibujito, la foto de hoy es de un puente…ya se que no pega…pero es lo que hay.
1 Comentarios:
Nada, nada a disfrutar del calor del hogar....
Yo, nosotros, sin embargo, llevamos durmiendo unas cuantas noches a una temperatura divina de la muerte ya que, pese a la subida eléctrica y/o eurobiriana, como no vamos a salir de pobres por lo menos alargaremos los días de nuestra pobreza.
En definitiva: calzonas y abanicos no vaya a ser que cojáis un resfriado y nos veamos, durante el puente, metidos en el pseudohospital cacereño que aún debe de tener la calefacción enchufada
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