Año nuevo

De nuevo aquí. Intentando conseguir un poco de normalidad no conseguida desde el inicio de la campaña navideña en el corte inglés. El trasiego de gentes acaparando mi atención, averías, nevadas históricas, reparaciones e intentos de aparecer más para conseguir más “aguinaldos” (intentos sin consecuencias, se comprende…) me han alejado de las teclas más de lo que el último post del año pasado presuponía. Otra vez más, intentaré ponerle remedio. Ha sido un mes intenso, en el trabajo he estado cerca de perder los papeles en más de una ocasión, pero como tengo experiencia en comer sapos sigo tirando con mis quejas (excesivas) fuera de jornada laboral. El “Urelio” nos visitó, y según he leído parece que se lo pasó bien, y eso es bueno. Ya solo hace falta que sepa que lo que nos molesta no es él, sino que venga tan pocas veces. Un poco de distracción viene bien, lo mismo que un cambio de aires. Lo reyes majos se han portado bien, bueno más bien el señor Noel, porque los reyes se olvidaron de los de Cea Bermudez. No me puedo quejar, y espero que a mi querida esposa, su cumpleaños ya cercano compense el regalo “menor” que le trajo el gordo de rojo. Con esto inicio mi año. Este lo he comenzado distinto de los últimos quizá veinte años o más. Las uvas las sustituí por gominolas. El cambio deberá traerme novedades y espero que sean buenas porque el próximo fin de año no quiero verme tomando doce melocotones…
Foto: de la nevada, como creo que nadie en Madrid hizo una foto este viernes pasado, dejo constancia de que nevó…