Renovando

Once días ya sin pasar por aquí. ¿Excusas? Falta de tiempo, no tener internet en el trabajo, la Semana Santa, la astenia primaveral, la falta de temas a tratar...la pereza. Esta última creo que va a ser la principal. La falta de “obligaciones” hace que dejemos de lado algunas cuestiones y todos sabemos lo que cuesta arrancar una vez parado. Han sido unos días muy poco productivos porque después de no hacer nada lo único que saco es dolor de espalda de tantas horas de sillón. Volviendo a los temas, hoy termino mis cambio en mi “oficina”. De vez en cuando me gusta mover los trastos que tengo en ella para romper un poquito la monotonía. Eso conlleva paliza física y mucha, pero que mucha basura. Sigo pensando que soy un claro candidato a síndrome de Diógenes cuando sea mayor, bueno, más mayor. Dentro de las cosas que han pasado al contenedor ha sido uno de mis primeros ordenadores. Viejo y casi sin fuerza lo único que hacía era ocupar espacio donde casi no lo hay. Es curioso, pero lo mismo que para algunas personas les produce tristeza deshacerse de los juguetes de la infancia, de recuerdos de juventud, a mí me lo provoca tirar un disco duro o un grabadora de CD. Son muchas cosas las que han pasado por ese ordenador y muchos ratos con él. De todas formas el síndrome antes mencionado ha hecho que un par de pequeñas partes sigan conmigo...por si acaso....



PD: La foto, discos duros “indultados”...!y el ratoncito!

1 Comentarios:

Lalo Alcala 16 de abril de 2009, 15:50  

En parte de tus reflexiones me veo reflejado, como si estuviera delante de un espejo. Serán los genes que de mi has heredado. También soy dado a guardar cosas que evocan tiempos pasados, desprenderme de ellos es como si me arrancaran un trozo de mi piel. No justifico tu acidia. Es más te insto a que la sustituyas por una buena porción de diligencia. No, no quiero que concluyas que al hacer uso de estas palabras voy a recordarte los siete pecados capitales, nada más lejano de la realidad, a estas alturas del calendario no trato de adoctrinar a nadie. Tal vez tendria que aplicar esa receta a mi propio comportamiento.

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Este es el lugar donde expresaré lo que me venga en gana. Sin reglas. Aquí no busquéis grandes pensamientos ni excelencias en el arte de la escritura. Aquí el único "Arte de Juan" es el que permita que este pequeño espacio sobreviva como una parte de mis vivencias, mis rutinas, mis disgustos... y que los lectores habituales o esporádicos de este blog piensen que quizá merezca la pena volver otra vez por aquí.
A disfrutar...