¡Que poco queda!

A pesar de la sequía de escritos, este blog sigue en pie. Lo que pasa es que la cercanía de las vacaciones ha convertido mis horas específicas de escritura en mi cabeza en escenas de playas, flotadores, agencias de viaje, bañadores, paseos, bicicletas...Todo lo que puede distraer de las tareas rutinarias. Y encima estas vacaciones van a ser bastante atípicas. Es la segunda vez (¿en mi vida?) que no desconecto por completo un mes seguido. La primera fue cuando empecé en el puesto actual, hace ya 13 años, donde solo tuve quince días. Aunque el trabajo será poco y solo durante siete jornadas separadas, todavía tengo dudas de si merecerá la pena "no acabar" de desconectar para aguantar un año más hasta el próximo parón. Quizá tenía que haber pedido más dinero, que luego el estrés si que sale caro...

PD: Desde aquí, ánimos a los titos valencianos, que se pongan buenos cuanto antes.