De mudanzas

A pesar de las ausencias de este último mes, este blog sigue operativo. Debido a los acontecimientos relativos al título de este post, el tiempo dedicado al blog es casi inexistente. El cambio de morada esta provocando mucho estres, dolores de espalda y falta de ganas de contar cosas y situaciones, pero a pesar de que los nuevos gastos superarán con creces los límites de la tranquilidad económica, cierto aire de optimismo recorre mis entrañas. Los cambios son duros pero en ocasiones suponen avances que son necesarios. El riesgo de estancamiento ha sido borrado con la finalización del maldito contrato de la cueva oscura y ha llegado el momento de dedicar un poquito de tiempo en la búsqueda de otra chocita que quizá sea definitiva y si no lo es, que sus defectos no se parezcan a los sufridos durante estos quince años pasados. De momento, el primer año disfrutaremos de la luz de sol tantas veces añorada y de un baño y cocina de secano, es decir, sin humedades. Y eso me hace feliz...

PD: La foto, otra de las vacaciones, ya olvidadas aunque muy placenteras. ¡Que lejanas me parecen ahora!